Albergue turístico de tradición austroalemana. Sostenibilidad y ecoturismo. Carolina Egg Gasthaus nace para conservar las tradiciones de mi familia y llevarlos a conocer nuestra hermosa tierra oxapampina. Atendemos las 24 horas.
Queridos amigos, quiero contarles un poco de mi refugio con corazón y tradición, “Carolina Egg Gasthaus”.
Crecí en mi casa de Palmatambo en Pozuzo, que fue el hogar de mis ancestros desde la llegada de los colonos. Mis padres, Hérman Egg y María Gstir, brindaban especial hospitalidad a muchos turistas y viajeros que llegaban de lugares muy lejanos; la llegada de un visitante era motivo para preparar un banquete, alojar cómodamente y hacerlo sentir como en casa.
Así fui creciendo con mis doce hermanos, amando el campo, la naturaleza, el trabajo y el estudio en el paraíso que Dios nos regaló.
El 8 de diciembre de 1988, mi esposo Hugo Schaus y nuestra familia decidimos mudarnos a Oxapampa. Apoyados por los padres de mi esposo, Germán y Carolina llegamos a este espacio que anteriormente pertenecía al doctor Antonio Brack Egg, reconocido biólogo y ecologista, quien fue el primer ministro del ambiente, escribió muchos libros, promotor de parques nacionales, entre ellos Yanachaga Chemillen, defensor de la tierra y de quienes lo trabajan. Con su labor ambientalista en ayuda al mundo y dedicación al cuidado de los bosques y respeto al planeta, fue ejemplo invalorable y orgullo del Perú.
En la casa que nos dejó Antonio teníamos dos habitaciones donde él recibía a biólogos y estudiosos; nosotros, aprovechando estos espacios, comenzamos dando alojamiento a médicos y practicantes que trabajaban en Oxapampa e invitaban a sus familiares o amigos en las vacaciones.
Es así como surge una ilusión dentro de nosotros en hacer un lugar para albergar a viajeros. Carolina Egg Gasthaus nace para conservar las tradiciones, el aroma a café, el sabor de los dulces y panes recién horneados.
Con cada huésped que recibo, vuelvo a vivir esos momentos maravillosos de mi infancia imborrables de mi memoria que me hacen sentir viva.
El nombre es inspirado en mi tía y madrina Carolina Egg Johann, que formó parte de la segunda generación de inmigrantes austro-alemanes que llegaron a la “tierra prometida” del Pozuzo.
Ella fue la primera pozucina que tuvo la oportunidad de viajar a Colombia, estudiar con monjas alemanas y convertirse en la primera maestra de su pueblo.
Por su gran corazón y respeto profundo a Dios, ella demostró siempre vocación de servicio, espíritu de trabajo y ayudaba a cuanta persona lo necesitaba; acudía a las casas como partera y, a raíz de estos gestos de amabilidad que la gente recibía, fue nombrada la madrina de bautizo (Touta en tirolés).
Mi familia y yo estamos comprometidos con el turismo sostenible y creemos firmemente que debe ser una fuente de desarrollo y conservación.
Por eso hemos puesto en práctica acciones para minimizar nuestra huella ecológica y seguir sembrando conciencia desde nuestro ejemplo. Compramos a productores locales, promoviendo así que sus productos sean conocidos y valorados.
En nuestros espacios cultivamos frutos siguiendo las herencias de nuestros abuelos, evitando el uso de productos químicos, respetando la naturaleza y a las personas, rescatando conocimientos tradicionales e incorporando tecnologías que nos ayuden a ser más eficientes.
